Viña.
Estás ahí,
en el fondo de mi hambre
Como en sueños
con tus tetas intocables
que reposan
en el satín ligero del papel.
E impasible continúas
mientras miro
los largos dedos de tus pies
El cuerpo
al que nada estremece
Ignorando
mis serias intenciones.
Tampoco te importan
Las calles interminables de la noche
O el placer del hambre
En el suburbio inmundo
Que habita
el recuerdo de mi infancia
No lo sabes dulce Viña
Y paso perturbado la página siguiente
Que invadirás las noches
De los ojos rojos
En que terco aprendo
Las claves mínimas
De la historia de los hombres.
Quiero creer que eres distinta
De aquellas que pueblan los anuncios
Que enseñan las pinturas
Que alumbran la pared de la existencia
De esa raza que deslumbras y desprecias.
Pero se bien
querida Viña
Que tan pronto cierre esta revista
Que tan solo hojeo
No voy a darme el lujo de comprarla,
Me olvidarás con tu manager canalla
Mientras termino de pagar
mi factura de hospital
En este market.
Congratulaciones. Nos llena de satisfacción encontrar una producción tan rica, refrescante y original de un brillante joven colombiano en medio de este doloroso maremagnum.
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