A Marguerite.
Esos gatos
que al regresar a casa
encuentran cerrada la ventana
O
al enemistarse con la suerte
descubren
que el camino lleva a todas partes,
Se sientan al lado de la ruta
creyendo
que el amor propio
sustituirá
Cualquier caricia
Y
cuando cae la noche,
Suben al tejado a derrochar el alma
gastan sus recuerdos en maullidos
encuentran su dolor edificante
Y se pierden entre sueños
que manchan el descanso
De quién bien duerme.
Tranquilos sobre la cornisa
lloran mientras sueñan
sin que la lluvia los despierte.
Cuando la noche haya agotado las bombillas
Y el azar se despeñe en las iglesias
El gato como todos,
estará sin nadie
en la calle
Donde el mundo
parece sus recuerdos.
Lamentará entonces
no haber acariciado desde el techo
El suelo
Con su cuerpo
mientras cae.
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