NO VOY A HALAR LA CADENA DEL WATER

Seis días después de salir por un paquete de cigarros, mi mujer no ha regresado. Esperé mientras se agotó la ginebra y por fin, volví a extrañarla.

Demasiado ebrio para salir por una botella, sin el número de Capi para pedir mas cocaína tuve hambre. Vacié el cajón del escritorio y el placard. Nada. Debía encontrar el número de Capi. En la búsqueda, descubrí la repisa del placard sin su cartera; Me tranquilicé. En caso de haber pasado algo ya llamarían del hospital o de la morgue.

Tomé una ducha sentí otra vez el cuerpo, oriné en el water. Dispuesto a comer en la calle mientras regresaba Pierrette, me vestí rápidamente; Compraría gin, boletas para el cine, quizás algo de coca. Pierrette se ha llevado mi dinero... después de tres años nada he aprendido. Voy a la editorial: Rubén, preocupado por mi salud, por Pierrette, por el texto que le debo. Si, desde luego, mañana, no quedaré mal (cualquier cosa), necesito el adelanto. Rubén un favor...El teléfono de Capi, Como se te ocurre, para eso es el dinero?!. Se molesta, pero me da el número. Comeré algo, ya habrá tiempo para Capi.

Ceno en la esquina de Florida y Lavalle, y en el ventanal me distraigo viendo la gente. Mientras el estómago se habitúa a la comida, pasan las mujeres que caminan por Florida, ¡linda Florida!, la calle peatonal, la gente que charla o fuma tranquila. Fumar tranquila....me inquieta Pierrette. Regresaré temprano para no preocuparla. Entro en un market: abarrotes, botellas, yogurt para Pierrette. Cuando arribo a casa, ella no ha regresado ni limpiado siquiera este caos de botellas y ropa sucia en la sala y la cocina. Cocina y cocaína; Llamo a Capi. Nos citamos en un café de Corrientes y Paraná. Mientras espero, tomo unos vodkas y adelanto el trabajo de Rubén.

Capi Trae a Almudena, la mulata que lo acompaña a sus negocios. Un vodka, y a lo nuestro. Ahora estoy mejor. Capi se va ebrio y deja a Almudena. Se ríe lindo Almudena, y pienso en Pierrette. Vamos a cine de 12, y en el cinema vacío, toco la mulata. Al salir, me siento con ánimo de otro drink, y desde ese instante se pierde la noche. Debió ser el sereno. Despierto junto a la mulata desnuda, me levanto, apenas encuentro la camisa, el pantalón y los zapatos.

Pierrette ya debería haber llegado pero no hay nadie en casa. Duermo hasta esta hora. Fúrico, me tomo el gin, algo de coca, me baño, termino el texto de Rubén y no hay mas tiempo para Pierrette. Que se largue y coma mucha mierda. Sus cosméticos, sus textos maricones de Benedetti, los arrojo al retrete. Orino sobre ellos sumando a la hediondez de ayer, mi rencor de hoy. Río y orino, mojo la pared. Suena el teléfono y espero que deje de timbrar, enciendo un cigarrillo y voy a la sala. Nuevamente el teléfono. Al otro lado de la línea mi madre me reclama por Pierrette... Bla bla Bla, y no sigo escuchando, la dejo en la bocina. En silencio voy al baño.

Ahora si es cierto que Pierrette se ha ido...y no hay nada que lamente. Debí quererla mejor, pero entonces, quizás no la hubiese querido yo sino otro... Solo sé querer así. Tiraré de la cadena, y a olvidar esto con Almudena. Suena el teléfono y esta vez, antes de halar, contesto. Mama, reclama al cerdo maleducado que habita en mi. Antes de dejarla en la bocina, me advierte que Pierrette esta en camino y tal vez, me de una última oportunidad. Lo último que falta, es que después del esfuerzo que me costó convencerla lo tires todo al retrete. Me rió, y le prometo que esta vez, no lo haré.

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