LAVORARE STANCA

¿Quién querría un Mercedes Benz? Preguntó el psicólogo mientras se movía por la estancia. En eso no hay felicidad. La felicidad reposa en las cosas sencillas, concluyó. Quienes tienen, parecen felices, se ven como si fueran felices, creen ser felices, ¡pero no lo son!. La felicidad nace del alma tranquila: Beber un vaso de agua, ver sonreír un niño, sentir la caricia del sol en la mañana.

El primer día del taller para "líderes y empresarios independientes", descubrimos las ventajas de abandonar la condición de empleados para convertirnos, contra nuestra voluntad y de repente, en empresarios. Señores, ustedes dirigirán mañana el mundo!. Y entonces pienso si la dirección del mundo va a tolerar mis cuchillas desechables de afeitar en las mañanas, o los pechos implacablemente caídos de Claudine cuando con tedio, nos acostamos una vez a la semana porque cree en su deber, o en su rutina. Solo De la Rua, a pesar del dolor, intentó rebelarse; los demás, con la esperanza de ser reenganchados, mostramos nuestra natural habilidad para la subordinación. Doctor, dijo, cual mundo vamos a dirigir? Somos viejos, no imbéciles. Y pienso, para el mundo, mis proyectos de cuarenta y tantos, no son sueños, sino los primeros síntomas de alzheimer. ¡Esa es la actitud de un empresario... No tragar entero! y es la primera clave del éxito. Ahora, aprenderemos la segunda ley, como la mamá de Bambi: Solo debes hablar, si vas a decir algo cortes y del gusto de todos.

Como si se tratara de la compilación de todas las pesadillas, he aprendido con el paso de los días, las reglas complejas y minuciosas para gobernar mi vida en adelante: Actitud positiva, no permitas el hurto de tu queso, la fortune sourit aux audacieux. Suficiente para dejarme tranquilo. Su olvido esta asegurado.

Tarde en la mañana, con el sabor de vómito en la boca, bebió el jugo dejado por Claudine sobre la mesa cubierto con una servilleta pintada con sus labios. Nuevamente se hacia tarde para ir al trabajo. Al entrar en la oficina, Berástegui no reparó en el rostro de los otros; ninguno tenía importancia, total, todos eran subalternos, todos eran sus colegas.

Entró en la oficina del director: Liquidación de la empresa, indemnización de los cesantes, cheque en tres meses. Era todo. No se preocupe Berástegui, fácilmente encontrará otro trabajo, dijo el director noblemente. Es cierto, aquí las oportunidades pululan, No se encone Berástegui, mañana tendrán usted y sus compañeros, un taller para aprender a manejar el estrés del despido, pasado mañana, me agradecerá todo esto!, Quizás, pero eso solo ocurrirá hasta pasado mañana.

Después, la colaboración del banco: Nuestra política es querer a la gente y por eso, cancelamos su tarjeta señor Berástegui; procuramos no crearle mas deudas en este difícil trance. Luego, el apoyo del concesionario automotriz: A nuestros clientes gold, les ampliamos el plazo de sus obligaciones con un ligero reajuste de intereses, felicidades!.

No puedo evitar la duda. El techo se ve tan alto en estas noches sin sueño, y el temor regresa con la oscuridad, como en las noches de mi infancia. Entonces busco la espalda de Claudine a mi lado para sentir su compañía, a pesar de su ronquido solidario. Quiero creer en lo aprendido en el taller. Tal vez porque de otra manera, saldré corriendo a ninguna parte, o empezaré a jugar la lotería tercamente como si mi angustia solo pudiese ser escuchada por una suerte esquiva y desordenada, a la cual nunca antes consulté.

Frágil pero resuelto, Berástegui el hombrecito fácil y leal a su empleo, cree en el futuro. Esta resuelto. No será inferior al reto de levantarse; total, todo es cuestión de perspectiva. Tal vez la historia es cierta y Edisson fracasó muchas veces antes de crear la Bombilla. Su mujer es sensata y juntos podrán aprovechar las teorías tan bonitas. La sonrisa permanecerá unos segundos, antes de encontrar la nota de Claudine y el vacío de sus cosas en el placard.

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