PENDU ET ÉTRANGLÉ.
"El tiempo y la enfermedad, han desgastado mi razón. Ahora soy apenas un muñón de mi mismo y estoy muriendo. No tengo nada que dejarte: solo este documento.” Así escribió mi padre tras 19 años sin decir una palabra. Acabado, se refugió en un hotel miserable en Almería.
El documento enviado en un antiguo pergamino, se encuentra escrito en una mezcla de latín y lenguas vulgares del siglo XV. Al traducirlo, ignoro si persigo su contenido o las razones de quién nunca fue mi padre, y sin embargo, no pudo ignorarme al morir. "He dedicado mi vida a perderla y con mi último aliento, procuro un futuro menos aciago a mi alma. Esta vez, no salvaré el pellejo. Debí morir hace tiempo. Casi a mis 28 años "pendu et étranglé" en Paris. Estudiante y vividor, conocí a quién creo haber servido siempre, a pesar de ser él mi amanuense, desde hace mas de 12 años. Dado su espíritu creativo y perverso, mi debilidad de carácter, y su curiosa generosidad, François Villon fue mi alter ego desde el principio. Nos hermanamos de posada en posada; Nos desgastamos en cada copera. Y con cada satisfacción, aprendimos una felonía con que pagarla: El hurto y el pillaje, el homicidio y
Aquí termina el texto.
Creo posible falsear un documento de hace mas de cinco siglos, a pesar de la coincidencia del relato con la verdad de los expertos. Sin embargo, hay circunstancias que no permiten fiarme de su verosimilitud: la generosidad de un hombre que a pesar de ser mi padre, jamás me amó. La coincidencia -no exenta de maldad- de mi nombre, exactamente el suyo. Temo, que otra carta enviada por él a cualquier parte, intente probar- como procura ese papel, confundiendo la identidad y muerte de dos hombres- que no ha muerto. Que soy un atado de músculos que con su nombre, alberga un alma que nadie sabe si es suya o mía.
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